Desde 2015 esta imposición de aranceles al acero se había renovado cada seis meses, sin embargo, a finales de enero no había sido actualizada.
Con el cobro de aranceles México intentó proteger la industria siderúrgica mexicana de las crecientes importaciones de acero, para hacer frente a la crisis que enfrenta el mercado internacional del sector, que ha sido provocada por la reducción de la demanda y la sobrecapacidad mundial de producción.
En el documento, en que actualiza la reactivación del cobro arancelario, y que aplica con países con los que no tiene acuerdos comerciales, la Secretaría de Economía (SE) detalló que la medida se aplicará para las 186 fracciones arancelarias de productos siderúrgicos a partir del próximo martes y por los próximos seis meses.
Dentro de los productos siderúrgicos afectados se encuentran la placa en hoja, placa en rollo, lámina rolada en frío, laminada rolada en caliente, alambrón, tubos sin costura, tubos con costura, lámina recubierta, varilla y perfiles, entre otros.
La dependencia también explicó que el impuesto general de importación resulta “urgente y necesario” al no existir la condiciones que favorezcan una competencia libre de distorsiones entre las industrias siderúrgicas de diferentes naciones.
Además, la caída de precios y una desviación del comercio por el aumento de la oferta mundial del acero, se suman a la lista de circunstancias que motivaron a la aplicación arancelaria a importaciones de productos siderúrgicos.
En este documento también se incluye una modificación al decreto por el que se establecen diversos programas de promoción sectorial, a fin de incorporar diversas fracciones arancelarias durante el mismo periodo.
Con esto se evita que el impuesto general de importación impacte a las cadenas productivas y se mantenga la competitividad en los sectores industriales más sensibles, como el eléctrico, electrónico, automotriz y de autopartes.
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